y la irremediable fricción de tus gemas hizo emerger-me amapola. Amapolas fidedignas a
la cualidad de recorrerme, de socorrerme, de resolverme del vacío mismo de un boulevard a media noche. Sal
de allí, que la tundra de tu aliento al fin de la penumbra, del recuerdo te
subleve del resquicio y te rescate en una
y cien noches de lunas borradas.
2 comentarios:
Demasiado tiempo tardan en llegar tus palabras. Aunque como siempre, la espera se perdona por lo que nos traes.
Muy bello.
Cuídate.
infinitas gracias por acercarte, por la complicidad.
abrazo enorme
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