viernes, 27 de diciembre de 2013

Platicar sobre el clima es una antigua tradición de timidez, de tamizar la neutralidad y coincidir. Es hablar sin perder de vista los labios jugosos presentes y pacíficos. Visualizar su mano en el bolsillo, el huracán de mis latidos y fingir naturalidad. Es cristalizar el tiempo cuando desciende la mirada y sus pestañas encierran todos los secretos de sueños ancestrales. Es llegar al quinto piso, balbucear buenas noches e implorarle al dios egipcio un nuevo momento nocturno, un despojo de toda premura y que decida por fin, avistarse al abismo de una terraza…conmigo.

desde el espacio