sábado, 21 de enero de 2012

llueve

Llueve
y se destiñen las preocupaciones de un caminante.
Tras una ventana vislumbró un vientre a punto de ser amado. Se piensa amante, itinerante en grutas y turista propicio en aquellos pechos vehementes. Se siente usurpador de sueños (sólo por un momento) e implora a sus manos extenderse, trascender las fronteras para así enredar sus pocas certezas en aquella roja cabellera. Cierra los ojos en esta noche-lluvia canícula. Ella le recuerda a esa mujer que dejó huellas de arena tras su espalda, algunas centenas de noches atrás, cuando el verano alimentaba todas sus caricias. Con sus pasos embebidos de licores mundanos continúa su travesía. Sonríe y bendice el momento en que la lluvia eriza los rubores femeninos, siembra de sus fantasías.

jueves, 12 de enero de 2012





(Silvina Ocampo)


domingo, 1 de enero de 2012

Ellos

Porque los Poetas aunque malhumorados pasean sobre caballos azules o gaviotas. Esconden en su bolsillo izquierdo un manojo de versos, para regalarte solamente en años bisiestos. Patean piedras que encuentran al borde de las vías del tren, y con ello hacen poesía. Ruborizan a las mujeres tan solo observándolas (lo hacen como si el mundo en ese momento se acabaría). Ríen a carcajadas y relamen cada centímetro de sensibilidad en pieles mestizas. Quizás los veas inmiscuidos entre la gente, podrás descifrarlos. Observa... si tienes la dicha de acercarte, sentirás en sus manos el aroma a tinta fresca, huellas de amantes entre cuatro paredes o en el mar. En sus telas, casi siempre oscuras, encierran leyendas; siempre hay un porqué para elegir aquella prenda, quizás alguna siesta de jazz o una solitaria caminata bajo la lluvia.
Puede que no te hablen nunca (y los odies por ello) o puede que hechiceramente con una palabra hagan derretir hasta la nieve misma.
Puede que alguna vez se crucen por tu camino,
Puede que vivan contigo en cada fantasía...

desde el espacio