domingo, 23 de octubre de 2011

impresiones

Un resplandor iluminando mi cara.
Una mirada vacía.
Una sonrisa adivinada.
Escalofríos por mis piernas
ante tus letras (certeras caricias)
y tú creyéndome hada.
No tengo alas,
sólo sabor a mar, a río
a bares repletos de perfectos desconocidos
que temen volver a sus casas y encontrar la soledad sobre sus almohadas.
No me pidas razones,
solo puedo hablarte de locas siestas descalza,
de las mil maneras en que me (des)encuentro enamorada.
Aún conservo aquella pluma ¿te acuerdas?
cuando el eje vertebral de tus instintos
navegó por mi espalda,
cuando encallaste en mis pecas, besaste mis lunares
y convertiste mi piel en una playa dorada.

lunes, 10 de octubre de 2011

Parlante

Hablas de rebelión de soledades,
de llantos dorados en vistas al acantilado
(porque de tu lado gimen las gaviotas
y revolotean su ausencia, cien veces antes de soñarte)
Temes a la transparencia eminente de la piel de una sirena,
como si nunca hubieses besado alguna
como si las escamas, cubierta de tu cama
no te abrigaran de la tempestad de meditar(me).
No olvides abrigarte,
que mañana el aliento marino
una vez más se empeñará en resplandecer tu nariz
y dará un gélido beso a tus manos odiadas de despedida.

desde el espacio