domingo, 25 de marzo de 2012

teóricamente

El porvenir libró al azar su teoría;
uno por un lado, otro por el otro.
Desconocidos, decidieron su dioses
cruzarlos
atravesarlos
embeberlos el uno del otro.
Acostumbran a descifrar(se) según el clima,
cual conversación de ascensor o de pasillo infinito.
También cambian el mundo (el uno del otro)
y el mundo los ha cambiado a ellos.
Pasan horas de espejismos y como tal
obnubilados, el uno por el otro.
Ninguno se atreve a tapar sus pupilas,
aunque a veces no se vean
tienen la certeza (quizás la única)
de que ante un verso del uno,
el otro embebe sus ojos
o se le enfrían los pies.
Canallas del tiempo y de madrugadas insomnes.
Una vez dijeron: la palabra es mitad de quien la dice
y mitad de quien la quiere escuchar.
¿será que la lengua impertinente
desatará sus nudos deseosos
y reconocerá tibiamente otras palabras?...
quizás así descubra su inicio, 
su sede de origen,
el volcán de vanidades
el oasis insurrecto
el portal perfecto
el sabor de sus besos

sábado, 10 de marzo de 2012

-No-

No a tu ausencia;
a tu técnica de seducción desmantelada; 
a tu imagen mentida y al fin hallada... en labios dulces, en la piel de una niña alada.
No a pensarte (así) durmiente, en su ombligo de albahaca.
No a tus versos sedientos; a tu manera de nombrarme; 
a la profecía de tus olas-viaje (no es momento de sentimientos)
No a la descripción de tu noche al amarme.
No a tus palabras de miel o navajas rasgándome la garganta.
No.
No quiero amanecer en ti.
No en tus morenas y extrañas pestañas/ adueñadas/ severas persianas/ rebeldes con causa/  y tan perfectamente rizadas de alba.

domingo, 4 de marzo de 2012

Wendy Moore. "Ciudad en la Noche"
Siento la libertad de encender las esquinas de una ciudad perpleja. Quizás con pasos de bulería, reflejarme en vidrios ansiosos por devorarse todas las refracciones correspondientes a tu mirada. Caminar a tu lado y Ser en lo solemne de un mareo pertinente para caer en tus brazos o en tu mejilla. Ser en la incertidumbre. Ser en la certeza de que si dejas de lado las quejas, los deberes y las promesas viviré en el segundo encristalado en el que tus palabras son solo mías, Solo Mías. Como la vez en que te convertiste en el motivo inicial, mi conciliador de sueños, el cartero audaz que me trae las deseosas noticias de un saberqueestásahíaunquenotesienta.

desde el espacio