domingo, 29 de septiembre de 2013

y la irremediable fricción de tus gemas  hizo emerger-me amapola. Amapolas fidedignas a la cualidad de recorrerme, de socorrerme, de resolverme del  vacío mismo de un boulevard a media noche. Sal de allí, que la tundra de tu aliento al fin de la penumbra, del recuerdo te subleve del resquicio y  te rescate en una y cien noches de lunas borradas.

desde el espacio