En lo abstracto. En lo disímil de la sombra que mi planta de
canela abarca. En lo extraño de extrañarte, así
sombra-humo. En el refrigerio o
en la más ardiente infusión derrochada
en una noticia. En los sueños dormidos en los bolsillos (descosidos). Usted
es una palabra distante, de sabor
extranjero y embriagador, tan aguda como
el recuerdo mismo. Como el recuerdo tallado en tu calendario azteca. En tus
ruinas o en las mías. En las carcajadas ajenas. En tu palma sobre mi rodilla. En el mar desesperante. En la
fuente de la esquina. En tu fe, esa misma que deshojas sin hipocresía. En fin, allí entre tus yemas me pierdo, me encuentro cada noche, cada día.
3 comentarios:
Es el tacto necesario de manos amadas el que nos trae de vuelta a casa, entre los muchos desastres que nos asedian día a dia.
Una simple caricia puede ser la diferencia entre la salvación y el naufragio.
Cuídate.
Que bonito texto, poético todo y tener forma de narración!
Y que bonito también volver a leerte, con tu manera delicada de acariciar palabras. Hay algo mejor que perderse en unas caricias sinceras?
Un beso desde Barcelona :)
Tan aguda como el recuerdo mismo.
Precioso/ todo.
Besos, Luci.
SIL
Publicar un comentario