martes, 2 de abril de 2013

en fin


En lo abstracto. En lo disímil de la sombra que mi planta de canela abarca. En lo extraño de extrañarte, así  sombra-humo. En el refrigerio o en la más ardiente infusión derrochada  en una noticia. En los sueños dormidos en los bolsillos (descosidos). Usted es una palabra  distante, de sabor extranjero y embriagador,  tan aguda como el recuerdo mismo. Como el recuerdo tallado en tu calendario azteca. En tus ruinas o en las mías. En las carcajadas ajenas. En tu palma sobre mi rodilla. En el mar desesperante. En la fuente de la esquina. En tu fe, esa misma que deshojas sin hipocresía. En  fin, allí  entre tus yemas me pierdo, me encuentro  cada noche, cada día.

3 comentarios:

Luis Cano Ruiz dijo...

Es el tacto necesario de manos amadas el que nos trae de vuelta a casa, entre los muchos desastres que nos asedian día a dia.

Una simple caricia puede ser la diferencia entre la salvación y el naufragio.

Cuídate.

JOAN dijo...

Que bonito texto, poético todo y tener forma de narración!

Y que bonito también volver a leerte, con tu manera delicada de acariciar palabras. Hay algo mejor que perderse en unas caricias sinceras?

Un beso desde Barcelona :)

SIL dijo...

Tan aguda como el recuerdo mismo.



Precioso/ todo.




Besos, Luci.



SIL

desde el espacio