miércoles, 7 de abril de 2010

siendo otoño

Te abrí las puertas de mis silencios
en una dorada melancolía de abriles,
me arrancaste un suspiro escondido
en un árbol
japonés de cerezos.
Soltaste una risa de niño
la sujeté en mis cabellos al viento
caminante de
sueños, de risas
como dulce canto de ruiseñor te sueño.

desde el espacio