Entonces sentí una tremenda opresión en el pecho, una opresión en la que no parecía estar afectado ningún órgano físico, pero que era casi asfixiante, insoportable. Ahí, en el pecho, cerca de la garganta, ahí debe estar el alma, hecha un ovillo...
(Mario Benedetti)
5 comentarios:
Ahí debe estar, don Mario...
Beso grande, Luci.
Me identifico con esas palabras.
Un saludo.
Se te echaba de menos.
Un abrazo muy grande.
Cuídate.
Doloroso y bonito...
Mario siempre tan grande!
Un beso desde el Taller :)
Muy bueno. Acostumbra a calar hondo
en la vida
Publicar un comentario