El ecuánime dolor columpia
gotas de lluvia por el cristal
el prisma de tus días
se me tuercen grises,
y extraño cada segundo-noche al costado de tu hostal
cada pura letra sin
metros ni intereses…
esa promesa silente
en el sofá,
Tenga a bien cada lágrima,
refugio de versos en series
que a sus buenos vientos arribarán
tómelas, son suyas
todas… sin casualidad